Participación de la Iniciativa 10x10 de UNICEF: una experiencia superadora.

En septiembre de 2015, nos llega la propuesta de UNICEF para participar de la Iniciativa 10×10, que aborda distintas problemáticas con adolescentes, como violencia de género, embarazo adolescente y suicidio, otorgándoles voz y promoviendo la participación activa entre pares. Decidimos participar con el objetivo de seguir nutriendo el proceso de construcción de activismo de los chicos y las chicas de nuestra Red, más allá de la problemática que se aborde en sí. El fin era que ellos pudieran incrementar sus herramientas para defender la causa que más los convoque, que se empoderaran y sintieran que la realidad puede ser transformada. Es por esto que en noviembre partimos hacia Amaicha del Valle, provincia de Tucumán, lugar donde ocurriría el encuentro deliberativo; serían tres días compartiendo experiencias.

Como encargada de elegir un título para esta crónica, lo primero que se me vino a la mente fue la palabra superación, porque eso fue lo que se generó, fue más de lo que imaginamos, sobrepasó cualquier expectativa. Y porque vivenciamos que, cuando en un proceso se intercambian experiencias, se reflexiona y se piensa en una realidad que nos favorezca a todos, con igualdad y equidad, se puede empezar a romper con lo establecido y dejar por debajo cualquier techo limitante.

Compartimos los relatos de nuestras guerreras, de las que me siento muy orgullosa, por su calidez humana, porque han sabido, cada una con su impronta, transmitir durante la experiencia y a través de sus relatos todo lo que piensan, sienten y anhelan. Y sobre todo porque son personas maravillosas que apuestan a construir un mundo mejor.

LIC. SILVANA ORTIZ, PSICOPEDAGOGA

Fuimos varias chicas nacidas prematuras a participar del encuentro de jóvenes. Conocimos e intercambiamos experiencias con chicos de varias provincias como Tucumán, Salta, Catamarca, Jujuy y Córdoba. Había profesionales de la salud y maestros. También personas que pertenecían a otras organizaciones como la Red de Jóvenes y Adolescentes Positivos.

El proyecto en el que participamos se llama 10×10, significa detectar diez principales desigualdades que tienen los adolescentes para encontrar las diez soluciones posibles. Muchas de estas cosas suceden por la falta de oportunidades de estos jóvenes, las condiciones en la que viven, la falta de información, la imposibilidad de acceder a los sistemas de salud. El no tener una familia que los contenga o una escuela en donde puedan ser escuchados.

Con este viaje aprendí que es muy importante que los adolescentes hablemos de nuestros problemas. Los problemas detectados en los valles no son los mismos que los nuestros. La pasamos muy bien, formamos un lindo grupo de jóvenes activistas. Me gustaría seguir participando en este proyecto, porque pienso que conversar de adolescente a adolescente permite trasmitir mejor el mensaje.

CAMILA PACCIOCO (13 AÑOS)

Me acuerdo el momento que me dieron la noticia del viaje, nunca me imaginéque algún día iba a viajar con UNICEF y menos a Amaicha del Valle. No teníala menor idea de lo que íbamos a hacer allá, con quién nos encontraríamos, etc. Cuando llegamos, nos encontramos en un hermoso lugar. Con mis amigasy con Silvana, nuestra coordinadora, estábamos muy felices y al mismotiempo nos preguntamos cómo serían estos tres días conviviendo allí. Nos quedamos impresionadas al conocer a las personas con las que vivimos esos días y las maravillosas historias que tienen. Entre todos los grupos trabajamos principalmente con las problemáticas del embarazo adolescente, el suicido y el maltrato. Trabajamos en esos temas para que a los adolescentes presentes no les ocurran y también para pensar cómo podríamos ayudarlos si les llegase a ocurrir, que sepan que nunca estarán solos. A mí me dejo sorprendida cómo cambia todo a solo tres provincias de donde vivo: acá la gente se preocupa por vestirse bien, tener la última tecnología, etc.; en cambio allá, en Amaicha del Valle, por lo que nos contaron, se preocupan en no llegar lastimados a sus casas o ir a la escuela todos los días.

Gracias a este viaje pude entender lo difícil que es la vida de algunas personas y lo que es ser humilde con los demás. Me encanto la confianza que logramos entre todos tan rápido, eso de poder compartir nuestras experiencias sin miedo: la verdad que fue algo hermoso.

SOFÍA GÓMEZ (14 AÑOS)

Al llegar nos dejó sin palabras la maravilla del lugar, la gente y, sobre todo, sus historias, de las que pudimos aprender muchas cosas. Trabajamos todos juntos tratando de crear nuevas formas para que a los adolescentes se les ayude a evitar todos estos problemas y puedan sentir que no están solos y que se los pueda ayudar desde cualquier punto. Fue maravilloso como todos unidos logramos un clima hermoso, en el cual la confianza siempre estuvo presente y nunca se fue. Al terminar este viaje nos volvimos enamoradas del lugar, pero con un pensamiento muy diferente. Aprendimos que del otro lado de las calles luminosas, los autos lujosos y la gente bien vestida hay una vida que para muchos es muy dura, cosas simples como ir al colegio cuestan por haber tenido un bebé a temprana edad, querer ir a casa y ser recibido con un golpe o querer escapar de situaciones difíciles suicidándose. Estos problemas afectan a nuestros amigos de los valles, pero con nuestro granito de arena esperamos haberlos ayudado al haber intercambiado nuestras experiencias.

JULIETA LÓPEZ OSORNIO (15 AÑOS)

Fue linda la experiencia de intercambiar ideas y cosas que tenemos en común. Estuvimos junto a ellos tres días, y cada día que pasaba nos conocíamos mejor, trabajamos juntos todos en diferentes actividades para ver cómo podríamos ayudar desde nuestro punto de vista. Cuando nos volvamos a encontrar, vamos a poder compartir nuevas ideas, para que estas problemáticas de los adolescentes se terminen de una vez. A mí me gusto toda esta experiencia, ya que podemos dar nuestra opinión y ayudar a los demás con sus problemas.

ROCÍO IBÁÑEZ (13 AÑOS)