Definición:

Es la inflamación de la pequeña vía aérea, que produce:
• Edema de la pared bronquial.
• Aumento de las secreciones respiratorias.
• Destrucción celular.
• Espasmo de la musculatura lisa bronquial.

La bronquiolitis es una enfermedad bastante común y algunas veces grave, que expresa una inflamación aguda de las vías aéreas inferiores (bronquiolos).
Afecta principalmente a los más pequeños, en especial a los bebés menores de 6 meses, y es más frecuente en los meses fríos (otoño e invierno).
Es una causa habitual de hospitalización de niños menores de un año durante el invierno y comienzos de la primavera.

La causa más frecuente de la bronquiolitis es el virus sincicial respiratorio (VSR).
Más de la mitad de los bebés están expuestos a este virus en su primer año de vida.
Otros virus que pueden causar la bronquiolitis pueden ser: Adenovirus, Influenza y Parainfluenza.

Bronquiolitis en menores de 2 años:

Definición de caso: todo niño menor de 2 años, con primer o segundo episodio de sibilancias, asociado a evidencia clínica de infección viral con síntomas de obstrucción bronquial periférica, taquipnea, tiraje, o espiración prolongada, con o sin fiebre.

Sinónimos diagnósticos: BQL, BQ, lactante sibilante, síndrome bronquiolítico, bronquiolitis, bronquitis espasmódica, síndrome bronquiolar, broncoobstrucción, broncoespasmo (siempre dentro del grupo etario de menores de 2 años)

Caso con confirmación etiológica: caso sospechoso con detección de antígenos virales, genoma viral o aislamiento a partir de muestras respiratorias.

Epidemiología:

Las enfermedades respiratorias son la segunda causa de muerte postneonatal (28-365 días de vida) y tercera causa de mortalidad infantil.

La proporción de fallecimientos de causa respiratoria se ha mantenido estable a través de los años.

Se produce un brote anual durante los meses de menor temperatura (Mayo a Julio).

El VSR es el principal factor etiológico con 64% de los casos.

A tener en cuenta

  • Menores de 3 meses.
  • Bebé prematuro (<29 semanas).
  • Cardiopatías, enfermedades pulmonares crónicas.
  • Tabaquismo materno, familiar.
  • Ausencia de lactancia materna.
  • Edad materna.
  • Nivel socioeconómico bajo.
  • Polución ambiental.

La bronquiolitis aguda se caracteriza por una inflamación neutrofílica en la que participan factores prenatales y postnatales tempranos que predisponen a sufrirla en forma severa.

Los niños pretérmino, por ejemplo, sufren de obstrucción bronquial como consecuencia de la prematurez y su tratamiento.

Las alteraciones anatómicas e inmunológicas preexistentes relacionadas al tabaquismo materno durante el embarazo pueden hacer que una bronquiolitis por VSR se presente en forma severa y no como una enfermedad respiratoria leve.

El virus se propaga desde las vías respiratorias superiores a los bronquios de mediano y pequeño calibre y a los bronquiolos, y provoca necrosis epitelial y desencadena una respuesta inflamatoria.

El edema y la exudación causan obstrucción parcial, que es más pronunciada durante la espiración e induce atrapamiento aéreo.

Las manifestaciones de la infección son el resultado del efecto citopático directo del virus en las células del epitelio respiratorio y de la respuesta inmunitaria del huésped.

En respuesta a la infección se liberan diferentes citoquinas, como son la interleucina 6 (IL6), factor el de necrosis tumoral α, quimiocinas (IL-8, MIP-1 α, RANTES) y otros mediadores de la inmunidad celular, que regulan la respuesta local y son la primera respuesta a la infección.
La interacción entre todos los factores es compleja, ya que actúan de forma coordinada reclutando y activando células dendríticas, células mononucleares y neutrófilos en la vía aérea.
Existe una activación de los mediadores inflamatorios neuronales no-colinérgicos y no-adrenérgicos.

Las lesiones anatómicas producidas por el virus son necrosis y edema del epitelio bronquial, con destrucción de células ciliadas, aumento de detritos celulares y aumento de la producción de moco, con formación de tapones, dando lugar al estrechamiento de la vía aérea, mediada en parte por la liberación de leucotrienos, prostaglandinas y óxido nítrico.
Todo ello da como resultado la obstrucción de la pequeña vía aérea. Estas lesiones conducen a la formación de atelectasias en unas zonas y áreas de hiperinsuflación en otras.

Las reinfecciones son frecuentes dado que la respuesta inmunitaria primaria a la infección por VRS es pobre e incompleta, a pesar de la presencia de títulos altos de anticuerpos neutralizantes.

Por lo general, el lactante afectado presenta síntomas de infección de las vías respiratorias superiores con dificultad respiratoria progresiva caracterizada por taquipnea, retracciones y tos sibilante o perruna.

Los lactantes pequeños (< 2 meses) y los recién nacidos prematuros pueden presentar episodios de apnea recurrentes, seguidos por la resolución de la apnea y el comienzo de signos y síntomas más típicos de bronquiolitis en 24 a 48 horas.

Los signos de dificultad respiratoria son cianosis perioral, retracciones cada vez más profundas y sibilancias audibles.

Suele haber fiebre, aunque no siempre.

Al principio, los lactantes impresionan en buen estado y no comprometidos pese a la taquipnea y las retracciones, pero pueden tornarse cada vez más letárgicos a medida que progresa la infección.

La hipoxemia es la regla en los lactantes con compromiso más grave.

Los vómitos y la disminución de la ingesta oral pueden causar deshidratación.

Con el cansancio, las respiraciones pueden volverse superficiales e ineficaces, lo que lleva a la acidosis respiratoria.

La auscultación revela sibilancias, espiración prolongada y, a menudo, estertores finos. Muchos niños presentan otitis media aguda asociada.

¿Son necesarios los estudios complementarios?

Debe realizarse oximetría de pulso si se sospecha hipoxia.

En el hospital, el diagnóstico etiológico puede ser confirmado por aspirado nasofaríngeo e inmunofluorescencia viral o PCR con el propósito de controlar las infecciones.

De otra manera, los lactantes con el cuadro típico de bronquiolitis aguda no requieren estudios complementarios.

Específicamente la radiografía de tórax no es útil y puede conducir a la prescripción innecesaria de antibióticos.

La proteína C reactiva no es útil para diagnosticar infección bacteriana en este contexto, la medición de urea y electrolitos son necesarios solamente si el lactante está clínicamente deshidratado.

¿Cuándo ver al pediatra?

Diríjase a la Guardia más cercana o comuníquese con su Pediatra, si su hijo presenta:

 

  • Dificultad para respirar.
  • Los músculos del pecho se contraen con cada respiración.
  • Está respirando más de 50 a 60 veces por minuto (cuando no está llorando).
  • Está haciendo un ruido de gruñido.
  • Se sienta con los hombros encorvados.
  • Las sibilancias se vuelven más intensas.
  • La piel, las uñas, las encías o los labios o la zona alrededor de los ojos están de color morado o grisáceo.
  • Está muy cansado.
  • No se está moviendo mucho.
  • El cuerpo está flácido.
  • Tiene aleteo en las fosas nasales al respirar.

NO le administre a su hijo gotas nasales descongestivas, antihistamínicos ni cualquier otro medicamento para el resfrío, a menos que el Pediatra de su hijo se lo indique.

El pronóstico es excelente.
La mayoría de los niños se recuperan en 3-5 días sin secuelas, aunque las sibilancias y la tos pueden continuar durante 2-4 semanas.

La mortalidad es < 0,1% cuando la atención médica es adecuada.

Se sospecha una mayor incidencia de asma en niños que han presentado bronquiolitis en etapas tempranas de la infancia, pero la asociación es controvertida y la incidencia parece disminuir a medida que los niños crecen.

  • Tratamiento sintomático.
  • Suplemento de oxígeno según sea necesario.
  • Hidratación IV según sea necesario.

El tratamiento de la bronquiolitis es sintomático, y puede tratarse a la mayoría de los niños en su domicilio con hidratación y medidas generales.

Las indicaciones de hospitalización son:

  • Aceleración de la dificultad respiratoria.
  • Aspecto comprometido (p. ej., cianosis, letargo, cansancio)
  • Apnea.
  • Hipoxemia.
  • Ingesta oral inadecuada.

 

Asimismo, se debe considerar candidatos a la hospitalización a los niños con trastornos de base, como enfermedad cardíaca, inmunodeficiencia o displasia broncopulmonar, que los exponen a alto riesgo de

Se basa en medidas higiénicas y en la administración de palivizumab, anticuerpo IgG monoclonal humanizado que inhibe específicamente el epítopo del sitio antigénico A de la glucoproteína F, muy estable en todos los serotipos del VRS.
Consulte con su Pediatra.

Referencias

  • Sociedad Argentina de Pediatría.
  • Guías Hospital Garrahan.
  • Ministerio de Salud de la Nación.
  • Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU.
  • Intramed.
  • Asociación Española de Pediatría.