Durante la celebración, me encontré con profesionales que atendieron a mis niñas y a mí, personas a las que les tengo mucho cariño y a quienes siento como amistades de toda la vida, como la Dra. Diana Rodríguez, el Dr. Gonzalo Mariani, las enfermeras de la neo (por ejemplo, a Silvia, a quien ya la ascendieron de puesto laboral). ¡Fue una verdadera satisfacción Encontrarme con todos ellos!
Junto a Liliana Zapata y Juan Lanzavecchia tuvimos la oportunidad de representar a la Red de Familias Prematuras en el Hospital Italiano y dar a conocerla promocionando nuestras acciones. El público fue especial, maravilloso, ideal: familias con sus bebés recién nacidos prematuros y otros que lo fueron, como las hijas de Sandra y Daniel, amigos y compañeros de este camino de la prematurez.
A pesar de mis miedos escénicos, pude expresar y contarles todo lo que habíamos aprendido como padres, como familia de bebés nacidos prematuros y la satisfacción que uno siente al transmitir lo aprendido a otras familias y la emoción que uno experimenta cuando los ayuda, apoya y contiene. Los invitamos a participar en la Red desde el lugar en el cual ellos se sintieran más cómodos. Mientras intentaba que las palabras fluyeran, vi entre la gente a mi princesa Sofía, y vinieron a mi mente miles de imágenes de momentos vividos, momentos que quedarán en mi corazón por siempre, como el mejor triunfo o el mejor regalo. Entre ellos, aquel momento especial en el que —con tan sólo 550 gramos, y luego de 17 largos días— la sentí por primera vez sobre mi pecho desnudo. Fue un tiempo largo e infinito que aún está en mí, ese primer contacto piel a piel con Sofía fue glorioso y gracias a los médicos, las enfermeras, la familia y los amigos que nos acompañaron y acompañan, se seguirá repitiendo en cada abrazo que le doy a mi hija, aún hoy, habiendo pasado ya 14 años.
SANDRA MARCHESE, MAMÁ DE ROCÍO (32 SEMANAS) Y SOFÍA (23 SEMANAS)